La intolerancia a la frustración en los niños puede ser un gran desafío, especialmente en un contexto de la vuelta al colegio. En el siguiente texto doy algunas sugerencias basadas en mi conocimiento y experiencia:
1.- Escucha y valida sus sentimientos: Cuando tu hijo se sienta frustrado, tómate el tiempo para escucharlo y comprender sus emociones. Valida sus sentimientos, haciéndole saber que es normal sentirse así en ciertas situaciones. Esto le brinda la seguridad de que sus emociones son importantes y que puede confiar en ti.
2.- Enseña estrategias de manejo del estrés: Ayuda a tu hijo a desarrollar habilidades para manejar el estrés y la frustración. Puedes enseñarle técnicas de respiración profunda, ejercicios de relajación o incluso practicar actividades físicas juntos. Estas técnicas pueden ayudarle a calmarse y a recuperar el control cuando se sienta abrumado.
3.- Fomenta la resiliencia: Enséñale a tu hijo que los errores y las dificultades son oportunidades para aprender y crecer. Anímalo a perseverar y a no rendirse fácilmente. Celebra sus logros y esfuerzos, incluso los más pequeños, para fortalecer su confianza en sí mismo.
4.- Establece expectativas realistas: Es importante que tanto tú como tu hijo tengan expectativas realistas sobre su rendimiento y las situaciones que enfrentará en el colegio. Explícale que es normal enfrentar obstáculos y que esas dificultades no determinan su valía como persona. Ayúdale a establecer metas alcanzables y a valorar el progreso en lugar de solo el resultado final.
5.- Apoya la autorregulación emocional: Enseña a tu hijo a identificar y expresar sus emociones de manera adecuada. Puedes animarlo a hablar sobre cómo se siente y a encontrar palabras para describir sus emociones. Además, ayúdalo a identificar señales de alerta tempranas cuando se esté frustrando y enséñale estrategias para calmarse, como contar hasta diez o tomar un descanso breve.
6.- Fomenta un ambiente de apoyo: Crea un entorno seguro y de apoyo en el hogar donde tu hijo se sienta cómodo compartiendo sus experiencias y desafíos. Bríndale tu apoyo incondicional, animándolo a expresar sus preocupaciones y ofreciéndole orientación y aliento cuando enfrente dificultades.
7.- Colabora con los profesores: Comunícate con los profesores de tu hijo para informarles sobre su intolerancia a la frustración y trabajar en conjunto para ayudarlo. Comparte estrategias que hayan sido efectivas en el hogar y pregúntales si pueden implementar técnicas similares en el aula. La colaboración entre la escuela y el hogar puede marcar una gran diferencia en el apoyo que se le brinda a tu hijo.
Recuerda que cada niño es único, por lo que es importante adaptar estas sugerencias a las necesidades individuales de tu hijo. No dudes en buscar apoyo adicional de profesionales si consideras que es necesario. Con tiempo, paciencia y apoyo, tu hijo podrá aprender a manejar mejor la frustración y a desarrollar habilidades emocionales valiosas para toda la vida.
Autor: Álvaro Valdés, especialista de Ajedrez Terapéutico en Cegratex.
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